miércoles, 15 de agosto de 2012

Portada

Trabajo Práctico: Blog William Shakespeare
Materia: Literatura
Profesor: Leo Simonelli
Integrantes: Chiara Gerardi, Sofia Massimino, Sol Malmoria y Carolina Scampamorte

Videos

http://www.youtube.com/watch?v=CIxJLWQx7cs  Ser o no Ser (Monólogo de Hamlet)

Macbeth



Tragedias

Es una de las tragedias más celebradas de Shakespeare. Trata de la ambición y reflexiona sobre la predestinación y el libre albedrío. Según la crítica, el autor actúa aquí como psicólogo, ofreciendo una descripción detallada del proceso que lleva desde la ambición al castigo, pasando por el crimen y la culpa. De todo ello partícipes los dos miembros del matrimonio Macbeth.

La acción se desarrolla en Escocia, uno de los cuatro estados del Reino Unido. La fuente es la habitual en las obras de Shakespeare basadas en la Historia de la Gran Bretaña.

Tres brujas abren la obra, asegurando que pronto se encontrarán con Macbeth. Duncan I (que reinó entre 1034 y 1040) es informado de que su primo el general Macbeth ha derrotado al rey de Noruega y a nobles escoceses traidores. Duncan ordena dar a Macbeth el título de barón de Cawdor.

Macbeth vuelve victorioso de sus batallas, acompañado de su amigo Banquo. Se encuentran con las tres brujas, que saludan a Macbeth con su nuevo título y le pronostican que será rey. A Banquo le aseguran que será tronco de reyes (es el mítico miembro fundador de la dinastía Estuardo, cuyo primer rey inglés fue Jacobo I, en vida de Shakespeare). Unos enviados del rey anuncian a Macbeth que ha sido nombrado barón de Cawdor. Al ver confirmada la profecía, Macbeth encuentra dentro de sí la semilla de su pretensión al trono.

El rey anuncia que ha nombrado heredero a su primogénito Malcolm. Macbeth ve en este hecho una barrera para su ambición de reinar. Lady Macbeth recibe una carta de su esposo contándole todo, y decide que será ella quien arrastre a Macbeth hacia el mal, para poder conseguir la corona. Macbeth llega a su castillo. Esa misma noche irá el rey para alojarse allí. Lady Macbeth aconseja a su marido que se comporte con amabilidad, para matarlo sin ser descubierto. Macbeth duda, pero su mujer le llama cobarde y le dice cómo lo harán: emborracharán a los dos guardias del rey y luego lo matarán con las armas de éstos, para que sean acusados.

Macbeth tiene la visión de un puñal ensangrentado que se suspende en el aire. Su mujer ya ha emborrachado a los guardias y puede matar al rey. Con las manos ensangrentadas y algo aturdido, sale llevando las dagas asesinas. Ella le dice que debe dejarlas allí, pero él no quiere volver. Lo hace Lady Macbeth. Llaman a la puerta con fuertes golpes. El portero borrachín abre a los nobles Macduff y Lennox. Lennox comenta con Macbeth que la noche ha sido terrible, como presagiando conmociones. Macduff descubre el cadáver del rey. Macbeth mata a los dos guardias para que no hablen. Los dos hijos del rey Duncan, Malcolm y Donalbain, abandonan rápidamente el castillo sospechando lo que ocurre. Macbeth es coronado (año 1040).

Banquo también sospecha de Macbeth. Éste comenta que sus dos “sanguinarios primos” se han refugiado el uno en Inglaterra y el otro en Irlanda, sin confesar “su cruel parricidio”. Banquo sale al campo con su hijo Fleance, y Macbeth ordena a unos asesinos que maten a los dos. Banquo muere pero su hijo huye (posibilitando así la profecía de su estirpe de reyes). Macbeth vuelve a ver visiones: en la cena, el espectro de Banquo se sienta a la mesa señalándole. Decide ir a visitar a las tres brujas para despejar sus miedos.

Hécate (diosa griega de la hechicería) se reúne con las tres brujas, anunciándoles que provocarán la caída de Macbeth. Mientras, el rey de Inglaterra (Eduardo el Confesor, que gobernó entre 1045 y 1066), se ha aliado con el príncipe Malcolm, y Macduff también va hacia allí.

Las brujas están haciendo un conjuro alrededor de un caldero y provocan diversas apariciones que hablan a Macbeth, aconsejándole guardarse de Macduff, asegurándole que ningún hombre dado a luz por mujer podrá dañarlo y profetizando que no será vencido hasta que el bosque de Birnam suba la colina de su castillo. Macbeth queda contento de estos augurios, aunque luego le muestran a los ocho Estuardos que reinarán en Escocia y le aguan la fiesta. Las brujas se desvanecen y ya afuera, Lennox le cuenta que Macduff ha huido. Macbeth ordena matar a su mujer y a sus hijos.

En el palacio real de Inglaterra, el príncipe Malcolm conversa con Macduff. Le dice que él mismo es más vicioso que Macbeth: tiene una lujuria desenfrenada. Macduff le asegura que eso no es problema: cuando reine podrá fingir indiferencia mientras toma cuantas damas voluptuosas desee. Malcolm añade que es muy avaricioso y Macduff vuelve a consolarlo: Escocia es muy rica. Malcolm insiste: dice que no tiene ninguna virtud. Macduff acaba lamentando el destino de Escocia, cuando por fin Malcolm le confiesa que mentía para probar su fidelidad. Llegan noticias de Escocia: todo está patas arriba y la familia de Macduff, asesinada. Las tropas de Malcolm se disponen a salir hacia allí.

En el castillo de Macbeth, una dama del servicio y el médico al que ha llamado, contemplan sonámbula a Lady Macbeth frotándose las manos para quitarse la sangre y confesando sus crímenes angustiada. Macbeth recibe noticias de la cercanía del ejército enemigo, pero confía en la profecía. Malcolm ordena que cada soldado coja una rama de árbol del bosque de Birnam para avanzar hacia el castillo sin que se pueda saber el número de tropas.

Lady Macbeth se suicida y su marido entona un discurso sobre el absurdo de la vida. Un mensajero anuncia que el bosque de Birnam se está moviendo. Armado de temor y de valor, Macbeth ordena atacar. En la batalla, mata a un hombre y se jacta de que éste había sido engendrado por mujer. Luego se encuentra con Macduff, que le revela que fue sacado del vientre de su madre antes de cumplirse el tiempo. Macbeth maldice a los oráculos de doble sentido, se bate con Macduff y es vencido, su cabeza cortada y Malcolm proclamado nuevo rey de Escocia.

Asistimos a una tragedia sangrienta que no obstante no es un mero juego escénico sobre el asesinato, sino más bien la representación de la lucha del protagonista contra sí mismo. El ambicioso Macbeth combate contra sus brotes de ética, venciendo siempre el lado oscuro humano. Las brujas refuerzan el carácter tenebroso de toda la trama; Lady Macbeth es el impulso necesario para hacer caer a su dubitativo marido en el abismo; y todo parece apuntar a la intención de dejar al espectador con la certeza de que el mal es un hecho de permanencia inevitable.

Algunas de las sentencias que contiene la obra:

Beber provoca el deseo, pero impide la ejecución.

El trabajo en que hallamos placer cura la pena que causa.

La vida es un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, y que nada significa.

Romeo y Julieta


Tragedias

Amor romántico entre dos jóvenes, que luchan contra la adversidad y cuyo destino es irremediablemente trágico, se mueven por una pasión sin límite.

En Verona, Romeo Montesco y Julieta Capuleto, dos jóvenes de dos familias enfrentadas, se conocen en una fiesta de disfraces, se enamoran y se casan en secreto, pese a que ella ha sido prometida por su padre al conde Paris. La noche anterior a su boda tiene escena de la ventana de Julieta, en la que los dos enamorados intercambian sus apasionadas frases.

Un primo de Julieta, Teobaldo, mata a Mercucio, amigo de Romeo; Romeo mata a Teobaldo para vengar a Mercucio. El príncipe de Verona destierra a Romeo como castigo y éste se traslada a Mantua, a 40 kilómetros, no sin antes pasar la noche en la cama con Julieta.

Los padres de Julieta insisten en casarla con Paris, pero ella lo rechaza.

Julieta acude a pedir consejo a Fray Lorenzo, el cura que la ha casado, y éste le da una pócima que la mantendrá inerte durante dos días y así evitará su boda con Paris. Mientras, un mensajero acude a avisar del plan a Romeo para que éste la lleve consigo a Mantua.

El mensaje no llega a tiempo hasta Romeo, cuyo paje le informa de que Julieta ha muerto. Cabalga hasta Verona y entra en el panteón donde se encuentra Julieta inmóvil. Allí se suicida al creer que ha perdido a su amada. Ella despierta y al ver a Romeo muerto también se quita la vida.

La obra se cierra con la célebre frase: “Nunca hubo historia más dolorosa que ésta de Julieta y Romeo”. Al menos, previamente se nos informa de que las dos familias han cesado en su rivalidad.

Algunas de las sentencias que contiene la obra:

Se burla de las llagas quien nunca recibió una herida.

No hay cosa tan buena que, desviada de su buen uso, no trastorne su verdadero origen, cayendo en el abuso.

La virtud mal aplicada se convierte en vicio, y en ocasiones el vicio se dignifica por la acción.

El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos.

Tan tarde llega el que va demasiado aprisa como el que va demasiado despacio.

Un sentimiento moderado revela amor profundo, en tanto que si es excesivo indica falta de sensatez.




Argumento de Romeo y Julieta

En la ciudad de Verona hay dos familias enfrentadas desde generaciones: Los Capuleto y los Montesco. Los Capuleto dan una fiesta de disfraces en la que se infiltran, cubiertos con máscaras unos cuantos jóvenes de la familia Montesco, entre ellos está el único hijo de Montesco, Romeo. Julieta, la hija de Capuleto se ha prometido ese mismo día al conde Paris pero en la fiesta conoce a Romeo y ambos se enamoran. Aquella misma noche, Romeo acude a la ventana de su amada y ambos se juran amor eterno. Al día siguiente, Romeo acude a la capilla de Fray Lorenzo con el ruego de que los case secretamente y tras alguna reticencia, el fraile accede. Teobaldo, primo de Julieta, sospecha el amor que Romeo siente por su prima y lo reta a un duelo, algo que está severamente prohibido por el Príncipe de Verona que quiere evitar el constante derramamiento de sangre capuleta y montesca. Romeo, que ya está secretamente casado con Julieta intenta disuadir a Teobaldo pero éste insiste y al final es Mercucio, íntimo amigo de Romeo quien se bate y muere a manos de Teobaldo. Romeo pierde la calma y se bate entonces con Teobaldo para vengar la muerte de Mercucio, como resultado Romeo mata a Teobaldo. El príncipe de Verona decreta destierro para Romeo que tiene que partir a Mantua. La última noche la pasa en el lecho con su joven esposa y después se va. Julieta está desesperada y,  para aliviar sus males, Capuleto acelera las bodas de su hija con el conde Paris, pero Julieta se niega en redondo a casarse y su padre la amenaza con repudiarla sino accede a casarse. Julieta acude a pedir consejo a Fray Lorenzo, éste le da una poción con la cual permanecerá como muerta durante dos días y después volverá a la vida y envía noticia a Romeo de la treta que han preparado para que los dos esposos sean reconocidos. Julieta toma la poción y es enterrada con gran pompa en el panteón de los Capuleto. Pero el paje de Romeo es más rápido que el mensajero de Fray Lorenzo y como consecuencia Romeo cree que Julieta ha muerto verdaderamente. Romeo cabalga hacia Verona y se introduce en el panteón donde yace su amada y se quita la vida a los pies de la tumba de Julieta. Cuando ésta despierta encuentra el cuerpo sin vida de Romeo y ella, a su vez, se quita la vida. En el solemne entierro que es procurado a los jóvenes esposos las familias Montesco y Capuleto juran que sus rivalidades cesarán definitivamente.



Personajes de Romeo y Julieta

  El CORO

  ROMEO

  MONTESCO, su padre

  SEÑORA MONTESCO

  BENVOLIO, sobrino de Montesco

  ABRAHAN, criado de Montesco

  BALTASAR, criado de Romeo

  JULIETA

  CAPULETO, Su padre

  SEÑORA CAPULETO

  TEBALDO, su sobrino

  PARIENTE DE CAPULETO

  El AMA de Julieta

  PEDRO criado de Capuleto

  SANSÓN criado de Capuleto

  GREGORIO criado de Capuleto

  Della Scala, PRINCIPE de Verona

  MERCUCIO pariente del Príncipe

  El Conde PARIS pariente del Príncipe

  PAJE de Paris

  FRAY LORENZO

  FRAY JUAN

  Un BOTICARIO

Mucho ruido y pocas nueces


''Mucho ruido y pocas nueces'' denominado como unas de sus grandes comedias.

La acción se desarrolla en Mesina. Shakespeare sitúa a los personajes de sus obras en el marco de las ciudades-estado italianas y sus pugnas políticas. En este caso aparecen el Príncipe de Aragón y su hermano: en el siglo XV, Sicilia formaba parte del dominio mediterráneo de la Corona de Aragón, y durante la vida de Shakespeare, la isla aún pertenecía al Reino de España.

El Príncipe don Pedro de Aragón vuelve de una de sus batallas acompañado de sus hombres. Entre ellos, el soldado más destacado, Claudio, y su amigo Benedicto. También el hermano bastardo (y malvado) del Príncipe: don Juan, con quien don Pedro acaba de reconciliarse.Les recibe el gobernador de Mesina, Leonato, que vive con su hija Hero y su sobrina Beatriz. Benedicto y Beatriz son viejos conocidos de disputas humorísticas. Claudio se enamora de Hero. Benedicto, en la línea del Berowne de la obra anterior Trabajos de amor perdidos, ejerce un papel de escéptico inteligente, que aquí es complementado por Beatriz, dama del mismo cariz.

Al enterarse del amor de Claudio por Hero, don Pedro se hace pasar por Claudio en el baile de máscaras de esa noche, para cortejar a Hero y conseguirla para Claudio. Pero un criado escucha la conversación entre don Pedro y Claudio, cree que el enamorado es don Pedro y este error llega a los oídos de Leonato.

Mientras, don Juan, enterado del amor de Claudio por Hero, se dispone a desbaratar la boda para fastidiar a su hermano don Pedro. Cosa que no consigue, y los enamorados se prometen gracias a don Pedro.

Leonato y su hija Hero se ofrecen a ayudar a don Pedro en su nuevo plan: forzar la unión entre Benedicto y Beatriz, ambos enemigos del matrimonio. Don Pedro, Leonato y Claudio conversan entre sí, a sabiendas de que les escucha Benedicto, asegurando que Beatriz le ama. Por su parte, Hero asegura a su doncella Úrsula que Benedicto ama a Beatriz, cosa que ésta escucha escondida.

Don Juan no ceja en su empeño maligno y ordena a su criado Borachio que llame Hero, para así engañar a Claudio y que no se case. Pero Borachio se arrepiente tras consumar el engaño.

Se va a celebrar la boda en la iglesia, pero Claudio rechaza a Hero, tras la añagaza de don Juan. Hero se desmaya horrorizada, y don Juan, don Pedro y Claudio se van. El cura, que no cree que Hero sea culpable, trama un plan, con la complicidad de Benedicto y Leonato: dirán que Hero está muerta para desenmascarar a los villanos. Tras confesarse su amor, Beatriz pide a Benedicto que mate a Leonato, por deshonrar a su prima Hero.

Los vigilantes Dogberry y Verges, pareja cómica de la obra, llevan detenido ante Leonato a Borachio, que confiesa su delito.

Al final, todos se reconcilian y se celebra una doble boda: Hero, resucitada de su falsa muerte, con su amado Claudio; y Beatriz con Benedicto, no sin dejar de discutir. Se nos informa de que don Juan ha sido detenido en su fuga, y la cosa acaba en un alegre baile.

Se trata de una obra repleta de situaciones cómicas y pese a que hay situaciones en principio graves, como la supuesta muerte de una dama.

Algunas de las sentencias que contiene la obra:

Cupido da muerte a unos con flechas y a otros con redes.

Jamás estimamos en su precio el bien que gozamos; pero si lo perdemos, es cuando exageramos su valía.

La comedia de las equivocaciones


En esta pieza, también llamada en castellano La comedia de los errores, que nos ofrece lo que hoy denominaríamos un vodevil o comedia de enredo.
Se trata de la obra de teatro más corta de Shakespeare. Muestra  la acción en la antigüedad clásica, con Siracusa (en la isla de Sicilia, Italia) y Éfeso (cerca de la actual Esmirna, Turquía) como ciudades enfrentadas, nombrando también a Epidamno (actual Durres, Albania). Todo esto se debe que para el argumento bebe de una comedia de Plauto, Los Menecmos. Plauto era un escritor de comedias romano, que adaptaba antiguas obras griegas.
Las referencias a lugares del pasado acaban ahí. El resto es un relato situado en un entorno muy familiar: hay un alguacil, una abadesa; el máximo responsable de cada ciudad-estado es un duque. El escenario de la trama es la ciudad de Éfeso, que bien podría ser también cualquier villa británica contemporánea a Shakespeare.
Un anciano va a ser calificado por incumplir la dura ley impuesta en Éfeso. Se trata de un mercader de Siracusa llamado Egeonte. La ley prohíbe a los habitantes de Siracusa viajar a Éfeso bajo pena de muerte, por desavenencias políticas. Pero antes de morir, el duque de Éfeso deja hablar a Egeonte. Resumiendo, cuenta que su mujer tuvo gemelos hace 25 años, y que además adoptó otros gemelos nacidos el mismo día para que fuesen criados de sus hijos. En un viaje en barco, una pelea los separó y nunca más vio ni a su mujer ni a uno de sus hijos ni al criado de éste. Los dos hijos gemelos se llaman igual: Antífolo. Y sus esclavos también: Dromio.
La historia va entretejiendo hábilmente encuentros y desencuentros, añadiendo toques de humor, pero sobre todo de enredo, incluyendo amores marchitos, amores hallados, acusaciones de locura, un exorcismo, y la escena final donde todo se resuelve, el anciano es perdonado y se celebra una reunión festiva entre todos.
El toque de humor grueso lo pone la descripción de una cocinera, cuyos defectos son hiperbolizados con exageración suma. Aprovecha el autor para hablar mal de todos los países vecinos a Inglaterra, incluida España, de la que dice que es como el mal aliento.
La anécdota de la obra es la alusión al fútbol, cuando uno de los criados tiene que ir y venir y se queja de ser tratado como una pelota de fútbol, y que sólo le falta que lo forren de cuero.
Hay una jugosa conversación entre las hermanas Adriana (esposa de Antífolo de Éfeso) y Luciana. Adriana defiende su libertad individual y Luciana el sometimiento de la mujer al hombre.

 Argumentación. 
En Éfeso existe una ley por la que cualquier mercader de Siracusa deberá pagar una multa o perderá la vida. Egeón es arrestado y no puede pagar la deuda. El Duque Solino  le pide que le cuente su historia: Egeón, en un naufragio había perdido a su mujer, a sus dos hijos gemelos idénticos en físico y en nombre y a unos niños sirvientes  de sus hijos y también gemelos y también idénticos. Todos se salvaron pero quedaron separados marido y mujer, cada uno con un hijo y un sirviente. Cuando Antífolo de Siracusa (el hermano que había quedado con el padre) se hizo mayor partió para descubrir el paradero de su madre  y de su hermano. Egeón partió tras él pero todavía no se habían encontrado. Tras escuchar su historia el Duque  se apiada de Egeón y le concede un día para conseguir su rescate.
 Sin que su padre lo sepa, Antífolo de Siracusa, también ha llegado a Éfeso acompañado de su sirviente Dromio. Ambos hermanos son tan parecidos que incluso Adriana, la propia esposa de Antífolo de Éfeso los confunde. Una serie de malos entendidos implican a los Antífolos en un impago de una cadena de oro que los lleva a la cárcel. El hermano de Siracusa se esconde en un convento del cual su madre, desaparecida hace años, resulta ser la priora. Desde ahí ven a Egeón camino a su ejecución. Lo reconocen, pagan el rescate y la familia acaba feliz y reunida.

Medida por medida



Comedias de conflicto
Reflexión sobre la justicia. El argumento habla de la conveniencia de aplicar la ley de modo estricto o racional, hace un repaso crítico a los males de las sociedades ejemplificándolo con las relaciones entre sexo y poder. Se clasifica como “comedia de conflicto”, como A buen fin no hay mal principio.
Su fuente principal es la versión inglesa. La acción se desarrolla en Viena, capital del Sacro Imperio Romano Germánico durante la Edad Moderna. En la época en que fue escrita la trama, eran frecuentes los conflictos territoriales entre Austria y Hungría.
Vincencio, el duque de Viena, se ah de ausentar. Para que “represente su personaje”, deja a Ángelo, y así se lo dice al anciano y sabio Escalo.
Claudio fue preso y en un par de días le cortarán la cabeza, por haber dejado embarazada a su prometida Julieta. Se trata de una orden, basada en una ley en desuso. Antes de entrar en la cárcel, Claudio pide a su amigo Lucio que le diga a su hermana novicia Isabela, para que interceda ante Ángelo.
Mientras, el duque está en una entrevista en un monasterio con un religioso, al que revela que ha dejado el poder en manos de Ángelo precisamente para que ponga en práctica las leyes olvidadas.
Escalo expone ante Ángelo sus prevenciones sobre la aplicación de la ley. Luego se presentan unos personajes: alguaciles y acusado, cuyas necedades debe aguantar Escalo.
Isabela le suplica a Ángelo el perdón de su hermano, acompañada de Lucio. Rechazada por éste, insiste, hasta que el estricto Ángelo se siente conmovido: pero más que por la suerte de Claudio, por los encantos de Isabela, tanto que la cita para el día siguiente.
El duque, se entrevista en la cárcel con Julieta, la joven embarazada por Claudio, a la que comunica que éste morirá al día siguiente. Isabela vuelve a ver a Ángelo, que le propone que se entregue a él a cambio de la salvación de su hermano. Isabela no accede al soborno.
El duque está hablando con Claudio, e Isabela llega también a la cárcel para ver a su hermano. Le cuenta el problema de Ángelo, y Claudio le dice que acepte, cosa que Isabela vuelve a rechazar horrorizada. El duque, que les ha escuchado, le dice a Claudio que Ángelo sólo ha podido hacer esa propuesta para ver la virtud de Isabela. Después habla con Isabela y se hacen cómplice de un plan: fingirá querer acostarse con Ángelo, pero la que lo hará será Mariana, la ex prometida de éste y abandonada por perder la dote. De esta manera, se salvará Claudio, el honor de la novicia quedará intacto, colmará los anhelos de Mariana y desenmascarará a Ángelo.
A la mañana siguiente todo salió como el plan del duque. Pero Ángelo no envía la carta del indulto: antes bien, quiere que se le haga llegar la cabeza de Claudio, una vez cercenada. El duque convence al preboste de la cárcel de que envíe la cabeza de otro preso. Después le dice a Isabela que Claudio ha muerto. Y , prepara su vuelta a Viena, dando órdenes de que lo vayan a recibir todos.
Isabela habla con el duque (ya sin sus hábitos de monje) que Ángelo la ha querido a cambio de perdonar a su hermano, que no obstante ha sido ajusticiado. El duque hace que no le cree y ordena llevarla a la cárcel. Después aparece Mariana, que cuenta que sustituyó a Isabela en el lecho, para poder ser tomada por  Ángelo. El duque se va, reapareciendo como fraile, y volviendo a aguantar todas las injurias contra él que ha ido escuchando durante su en mascaramiento. Luego se quita la capucha y todos confiesan. Obligan a Ángelo  a casarse con Mariana, y el duque vuelve a decir y afirmar a Isabela que su hermano ha muerto.
Una vez casado Ángelo, el duque pide la ejecución para compensar la de Claudio: “Medida por medida”. Mariana ruega por él, pero el duque insiste. También rogaba Isabela. El preboste de la cárcel trae a Claudio vivo y todo se pone en su lugar. Ángelo es perdonado, Lucio  es condenado… a casarse, el duque insinúa a Isabela que la va a pedir en matrimonio. 
Es una divertida comedia sexual que lleva las situaciones hasta el límite, para terminar acabando amablemente. Se dibuja una sociedad dominada por la lujuria y salpicada de burdeles, con el contrapunto del supuestamente bondadoso y recto duque disfrazado de monje, que hace y deshace a su antojo. La novicia es el fruto prohibido, para los varones de la obra y para el espectador. Un personaje secundario ajeno a la trama principal, el preso Bernardino, es un asesino convicto y borracho, que cuando lo van a ejecutar lo evita negándose vehementemente.
El guionista de Buñuel Jean-Claude Carrière adaptó esta obra para la televisión francesa en una versión de 1979 dirigida por el especialista Peter Brook. En 2006, el cineasta británico Bob Komar actualizó la trama a nuestros días, situándola en los cuarteles del ejército inglés


Hamlet


Hamlet, hijo del difunto rey de Dinamarca, se siente melancólico y abatido por las cosas del mundo. Su madre se ha casado con Claudio (el hermano de su padre), el nuevo rey, y Hamlet deambula por el palacio lleno de sospechas y dudas. Dos meses después de la muerte de su padre, Hamlet es visitado por el fantasma de su padre y le informa que ha sido asesinado por Claudio para llegar a ser rey y casarse con su madre. A Hamlet le corresponde la venganza del asesinato, pero se angustia entre la acción y la duda y busca excusas para posponer la venganza. Se finge loco para que la gente no sospeche de lo que trama en secreto. Polonio, el chambelán de la corte, cree que la locura de Hamlet se debe a la prohibición de que cortejase a su hija Ofelia.
Hamlet aprovecha la visita de una compañía de actores a la corte para descubrir si el mensaje del fantasma es verdadero. Se reproduce en escena el asesinato de su padre y estudia las reacciones del rey Claudio. Hamlet se convence de que el fantasma ha dicho la verdad. Claudio advierte que su crimen ha sido descubierto y planifica una misión diplomática para enviar a Hamlet a Inglaterra. Hamlet censura a su madre, Gertrudis, y durante la conversación, al ponerse en evidencia un espía con una certera estocada, Hamlet mata a Polonio que estaba escondido tras unos cortinajes. El rey teme por su vida y envía a Hamlet a Inglaterra acompañado de dos mercenarios que llevan encargo de convencer al rey de Inglaterra para que ejecute al príncipe. Hamlet se entera de la misión cambia la orden, reemplazándola por la muerte de los dos portadores. Hamlet cae prisionero de un pirata, pero es devuelto por ellos mismos a Dinamarca. Regresa a tiempo para presenciar el funeral de Ofelia, que se había ahogado. Laertes hijo de Polonio, le acusa a Hamlet de la muerte de su padre y hermana. Laertes y Claudio decide matar a Hamlet y preparan un duelo. El plan consiste en envenenar una de las espadas y tener un copa de vino envenenado para el caso de que 1a espada falle. En el duelo, Laertes hiere a Hamlet. La reina, Gertrudis, toma por equivocación el vino envenenado. Los duelistas intercambian las espadas. En su agonía, Laertes revela la traición del rey. En un arranque de cólera, Hamlet arremete con la espada envenenada contra Claudio y mata al rey. Hamlet ruega a su amigo Horacio que cuente la verdadera historia de su tragedia al mundo. Hamlet señala a Fortinbrás como el soldado más apto para ascender al trono.

Otelo


Otelo era un moro noble al servicio de Venecia, el cual se caso con la hija de Brabancio (el senador). Brabancio quería que su hija, Desdémona, anule su casamiento. Pero ella le dijo que realmente lo quería.
Fueron a Chipre, donde Rodrigo le confiesa a Yago que está profundamente enamorado de Desdémona, y Yago le da consejos a la espalda del Moro. Pero Yago es totalmente distinto cuando está con el Moro, y es sumamente intrigante.
Existe una pelea entre casi todos los personajes (pero no Otelo) porque Casio estaba borracho. Yago le cuenta todo a Otelo, hablando como si le tirara toda la culpa de la pelea a Casio. Pero luego habla con Casio diciéndole que hable con Desdémona, que es tan bondadosa, para que ella hable con Otelo. Pero todo esto resultó ser un plan maquiavélico de Yago para el luego hablar con Otelo y hacer que este se ponga celoso de su amada Desdémona. Ahí empiezan todos los celos, y la inseguridad de Otelo.
Yago sigue con sus ideas negras, su esposa Emilia, consigue un pañuelo que Otelo había regalado a Desdémona. Yago le quita a Emilia el pañuelo para que Otelo lo encuentre en casa de Casio. Luego le dice a Otelo que tiene que hallar pruebas para saber si su mujer lo está engañando. Y le inventa que escucho a Casio hablar en sueño, diciendo que Desdémona era su amada y que tenían que ocultarlo. Así fue como después le dijo a Otelo que vio el pañuelo en manos de Casio. Después de todo esto cada vez más Otelo se alteraba, y lo único que le venía a la mente era sangre.
Desdémona no sospecha nada de esto que está creando Yago, y tampoco lo sabe Casio. Desdémona se empieza a preocupar por su pañuelo, pues no lo encuentra. Emilia en un momento le preguntó si su marido era celoso, y ella respondió que no era. Desdémona está decidida a hacer lo que sea para convencer a Otelo que se amigue con Casio, pero esto lo único que hace es traerle problemas.
Otello le pide el pañuelo a Desdémona pero ella no lo tiene. Cuando Otelo se va vienen Casio y Yago, ella cuenta que Otelo estaba alterado, pero el maquiavélico de Yago dice que esto le parece raro.
Casio le regala a Blanca (su amante) el pañuelo de Desdémona. Pero luego, Otelo ve en manos de Blanca el pañuelo de su amada, aumentando así sus sospechas.
Otelo asegura a Yago que se vengará de Casio. Asegura también que hará trizas a Desdémona. Pide a Yago que le consiga un veneno para envenenarla, pero este le sugiere que la ahogue, y Otelo está de acuerdo.
Después de una fuerte discusión de la pareja, Yago y Emilia consuelan a Desdémona, y el descarado de Yago le dice que él sabe que el hombre del que habla Otelo no puede existir.
Yago en un momento ataca a Casio pero hiere a Rodrigo y luego hiere a Casio y se va del lugar, pero luego vuelve al lugar, preguntando quien y como está herido. Casio fue asesinado por Yago, y Yago culpa a Rodrigo, que está herido, del crimen. Rodrigo muere por la herida recibida.
Otelo termina asesinando a Desdémona por culpa de las mentiras del monstruoso Yago.
Emilia y Yago discuten porque ella se da cuenta que todo fue un invento de Yago. Emilia hace que Otelo se de cuenta que Yago no era más que un farsante. Yago mata a Emilia por haber confesado que ella le dio el pañuelo a él.
Al finalizar, Otelo se mata, porque sabe que es culpable de la muerte de Desdémona, y si siente culpable por eso.

El Rey Lear


Lear es el viejo rey de Bretaña que, debido a su vejez, decide repartir su reino entre sus hijas Gonerila, Regania, y Cordelia. Lo divide en partes de acuerdo con el amor que ellas le profesan. Gonerila y Regan dicen de su amor al padre lo que éste quiere oír, no lo que ellas sienten y cada una se lleva una parte del reino. Cordelia, la menor y aún soltera, aunque pretendida tanto por el duque de Borgoña como por el Rey de Francia, es parca en palabras pero llena de sentimientos nobles. El Rey Lear al creer que su discurso es pobre la repudia y deshereda, reparte su trozo de reino entre las otras dos hermanas y decide entregarla a cualquiera de los dos pretendientes que la quisiera, eso sí, sin dote. El duque de Borgoña abandona la empresa pero el Rey de Francia, aunque no gane más que a Cordelia, la toma por esposa. A su vez, el conde de Kent, que ha presenciado la escena, intercede por Cordelia a la que cree llena de sentimientos e injustamente tratada por su padre el rey. Esta acción le cuesta el destierro a Kent.

Lear se reserva para sí el título de Rey y cien hombres a su servicio. Alterna su estancia entre las casas de sus dos hijas cada mes.

Gonerila es la primera en hospedar a su padre. Decide quitarlo de en medio ordenando a su servicio que no lo atiendan bien, despidiendo a 50 hombres del propio rey y tratándolo a su padre como a un viejo desmemoriado. El marido de Gonerila, el duque de Albany, no aprueba la actitud de su mujer pero es un hombre sin carácter.

El Rey Lear abandona, maltratado, a Gonerila y va en busca de su segunda hija, Regan y su esposo el duque de Cornualla que se encuentran alojados en el castillo del conde de Gloucester. Allí el rey es igualmente maltratado por su hija Regania y el esposo de ésta, siendo obligado a vagar sin techo durante una tormenta mientras va creciendo en él la locura por haber perdido el amor de sus tres hijas. Finalmente consigue alojarse en una choza con su bufón, el duque de Kent, el cual tras su anterior destierro se había disfrazado de servidor del rey sin que fuese reconocido por nadie. Junto a ellos dormía también un vagabundo llamado Tomasín, quien es en realidad Edgardo, hijo legítimo del Conde de Gloucester a quien su hermano natural, Edmundo, con la intención de poder heredar las posesiones de su padre, ha tendido una trampa y mandado matar. Por esta razón, Edgardo se esconde de Edmundo.

Al conde de Gloucester por su parte, no le gustó que sus huéspedes y señores, Cornualla y Regan echaran al rey de su casa, por lo que confiesa a su hijo Edmundo (al que cree ya su único hijo tras la supuesta traición de Edgardo) que va a ayudar al Rey Lear y que el Rey de Francia ha entrado en tierras del reino con la intención de socorrer también al despojado Lear.

Cuando Gloucester parte en busca del Rey Lear para pedirle que se reúna en Dover con el Rey de Francia, su bastardo Edmundo confiesa todo a Cornualla y a su esposa Regan para poder él tomar todas las posesiones de su padre. A la vuelta, Gloucester es sometido a interrogatorio por Cornualla y Regan y le arrancan un ojo. Acto seguido un caballero trata de defender a Gloucester pero tras herir a Cornualla cae ante Regan y muere. Finalmente Gloucester sin ojos es abandonado a su suerte, pero ya sabe de la traición de su bastardo Edmundo y que Edgardo nunca le traicionó, que fue todo un engaño de Edmundo.

Al mismo tiempo, se fue extendiendo el rumor de que los duques de Albany y Cornualla no se soportaban y que estaban próximos a la guerra. Pero la muerte de Cornualla tras la herida producida por el sirviente que intentó salvar a Gloucester de la mutilación de sus ojos deja viuda a Regan, que intentará ganarse para sí al nuevo Conde de Gloucester, Edmundo.

Ya en Dover, Gloucester, Kent y Edgardo se encuentran con Cordelia e intentar curar al rey. En ese momento Edgardo mata a Osvaldo (criado de Gonerila) que iba tras Gloucester para darle cumplida muerte, bajo órdenes de Regan, y evitar así que la triste imagen de Gloucester ayudara a poner al pueblo al lado de su causa. A su muerte descubren que Osvaldo traía una carta de Gonerila a Edmundo donde le insta a matar a su marido el Duque de Albany y a hacer de ella su esposa. Ante esta situación, Edmundo, que desconoce la carta pero sabe de los sentimientos de Gonerila y Regania, decide jugar a dos bandas con las hijas mayores de Lear.

Finalmente se produce la batalla, por un lado Cordelia y Lear con el ejército francés y por otro Edmundo y Albany (éste último cree en Lear y Cordelia, pero cree también que debe expulsar al ejército invasor). Lear y Cordelia caen prisioneros de Edmundo quien ordena a un soldado que los lleve a prisión y allí los mate. Pero Albany, que poco antes había recibido de Edgardo (aún disfrazado) la carta que extrajo de Osvaldo, donde Gonerila instaba a Edmundo a matarlo, acusa a éstos de traición y deshonor. Llama a todo aquel que pruebe su acusación y entra Edgardo disfrazado para batirse con Edmundo, que es vencido. Tras la revelación de la identidad de Edgardo, decide confesar todo lo que sabía y Edgardo también cuenta toda su desventura (la traición sufrida, el repudio de su padre...) y cómo su padre, el Conde de Gloucester había muerto con la sonrisa en la boca cuando se le partió el corazón al saber que aquel que le había estado ayudando (tras la mutilación de sus ojos) en sus últimas desgracias era su hijo Edgardo.

Mientras esta situación se desarrollaba entró un soldado alertando a Albany de que su mujer Gonerila había envenenado a su propia hermana (Regania) y que luego se había dado muerte ella misma con un puñal que clavó en su corazón. Tales tragedias ablandan más el corazón del moribundo Edmundo que revoca la orden de asesinar a Lear y a Cordelia. Pero llegan tarde pues Cordelia ha sido ahorcada aunque el verdugo fue ajusticiado por Lear. Poco después, el mismo soldado que se había llevado a Edmundo comunicó que éste falleció finalmente por las heridas recibidas durante su duelo con Edgardo.

Finalmente Lear lleva el cadáver de Cordelia ante todos y se lamenta de todas sus penas y ante todos, muere.

Ante tragedia de tales magnitudes, Albany decreta luto y cede el reino a Kent y Edgardo.

Es interesante destacar un importante paralelismo que realiza el autor a finales del libro. A medida que el desenlace de la obra se acerca, fuera se desata una gran tormenta. Y a medida que Lear va enloqueciendo y hace comentarios incoherentes, Shakespeare indica que se ha producido algún fenómenos como un rayo o un árbol que es arrancado de cuajo por el viento.


Shakespeare en la pantalla


Entre las versiones cinematográficas de la biografía shakesperiana destaca Shakespeare in Love (Shakespeare in Love, 1998) dirigida por John Madden, Miguel y William, 2007, de la directora y guionista Inés París sobre Miguel de Cervantes y Shakespeare y Anonymous (Anonymous, 2011) dirigida por Roland Emmerich que plantea una posible respuesta sobre la autoría de sus obras en el seno de un complot político.
Se han producido unas 250 películas basadas en textos de Shakespeare, lo cual demuestra la enorme influencia de la obra de este escritor. La obra más veces llevada a la pantalla es Hamlet, con 61 adaptaciones al cine y 21 series de televisión entre 1907 y 2000. Algunas películas basadas en obras de Shakespeare son las siguientes:
La fierecilla domada (The Taming of the Shrew, 1929). Protagonizada por Douglas Fairbanks y Mary Pickford.
El sueño de una noche de verano (A Midsummer Night's Dream, 1935). Dirigida por Max Reinhardt y William Dieterle.
Romeo y Julieta (Romeo and Juliet, 1936). Dirigida por George Cukor.
Como gustéis (As You Like It, 1936). Dirigida por Paul Czinner.
Enrique V (The Chronicle History of King Henry the Fifth with His Battle Fought at Agincourt in France, 1945). Dirigida por Laurence Olivier.
Macbeth (1948). Dirigida por Orson Welles.
Hamlet (1948). Dirigida por Laurence Olivier.
Otelo (The Tragedy of Othello: The Moor of Venice, 1952). Dirigida por Orson Welles.
Julio César (Julius Caesar, 1953). Dirigida por Joseph L. Mankiewicz.
Romeo y Julieta (Romeo and Juliet, 1954). Dirigida por Renato Castellani.
Ricardo III (Richard III, 1955). Dirigida por Laurence Olivier.
Otelo (Otello, 1956). Dirigida por Sergei Jutkevitsh.
Planeta prohibido (Forbidden Planet, 1956). Película de ciencia ficción libremente basada en La Tempestad). Dirigida por Fred M. Wilcox.
Trono de sangre (Kumonosu jô, 1957). Libremente basada en Macbeth. Dirigida por Akira Kurosawa.
La Tempestad (The Tempest, 1960). Película para televisión protagonizada por Richard Burton. Dirigida por George Schaefer.
Amor sin barreras (West Side Story, 1961). Película musical basada en Romeo y Julieta. Dirigida por Jerome Robbins y Robert Wise.
Hamlet (Gamlet, 1963). Dirigida por Grigori Kózintsev.
Hamlet (1964). Protagonizada por Richard Burton. Dirigida por Bill Colleran y John Gielgud.
Campanadas a medianoche (1965). Basada en varias obras, especialmente Enrique IV. Dirigida por Orson Welles.
La fierecilla domada (The Taming of the Shrew, 1967). Protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton. Dirigida por Franco Zeffirelli
Romeo y Julieta (Romeo and Juliet, 1968). Dirigida por Franco Zeffirelli.
El rey Lear (Korol Lir, 1969). Dirigida por Grigori Kozintsev.
Rey Lear (King Lear, 1971). Dirigida por Peter Brook.
Macbeth (1971). Dirigida por Roman Polański.
La Tempestad (Tempest, 1982), dirigida por Paul Mazursky.
Ran (1985), dirigida por Akira Kurosawa. Adaptación de "El Rey Lear"
Rey Lear (King Lear, 1987), dirigida por Jean-Luc Godard.
Enrique V (Henry V, 1989). Dirigida por Kenneth Branagh.
Romeo y Julieta (Romeo-Juliet, 1990), con Francesca Annis, Vanessa Redgrave y Ben Kingsley. Dirigida por Armando Acosta.26
Hamlet (1990), con Mel Gibson y Glenn Close. Dirigida por Franco Zeffirelli.
Los libros de Próspero (Prospero's Books, 1991). Basada en La Tempestad). Dirigida por Peter Greenaway.
Mi Idaho privado (My Own Private Idaho, 1991). Protagonizada po River Phoenix y Keanu Reeves y dirigida por Gus Van Sant. Libremente basada en Enrique IV.
Como gustéis/Como gusten (As You Like It, 1992), dirigida por Christine Edzard.
Mucho ruido y pocas nueces (Much Ado About Nothing, 1993), dirigida por Kenneth Branagh.
El Rey León (The Lion King, 1994), dirigida por Rob Minkoff y Roger Allers. Película de animación realizada por los estudios Disney libremente basada en Hamlet.
Otelo (Othello, 1995), dirigida por Oliver Parker.
Richard III (Richard III, 1995), dirigida por Richard Loncraine.
Romeo y Julieta de William Shakespeare (Romeo + Juliet, 1996), con Leonardo Di Caprio y Claire Danes. Dirigida por Baz Luhrman.
Hamlet (1996), con Kenneth Branagh, Richard Attenborough, Judi Dench, Billy Crystal y Kate Winslet. Dirigida por Kenneth Branagh.
En busca de Ricardo III (Looking for Richard, 1996), dirigida por Al Pacino.
10 razones para odiarte (10 Things I Hate About You, 1999) (basada en La fierecilla domada), con Julia Stiles y Heath Ledger. Dirigida por Gil Junger.
El sueño de una noche de verano de William Shakespeare (A Midsummer Night's Dream, 1999), con Calista Flockhart y Michelle Pfeiffer. Dirigida por Michael Hoffman.
Titus (1999) (basada en Tito Andrónico), con Anthony Hopkins y Jessica Lange. Dirigida por Julie Taymor.
Trabajos de amor perdidos (Love's Labour's Lost, 2000), dirigida por Kenneth Branagh.
Hamlet (2000), con Ethan Hawke, Julia Stiles, Kyle MacLachlan. Dirigida por Michael Almereyda.
El Mercader de Venecia (The Merchant of Venice, 2004), dirigida por Michael Radford.
Coriolanus (2011) , dirigida por Ralph Fiennes.


Bibliografia


El teatro de Shakespeare

Ante la falta de manuscritos hológrafos y de fechas precisas de composición, se hace muy difícil el establecer una cronología bibliográfica shakespeariana. El First Folio, que reagrupa la mayor parte de su producción literaria, fue publicado por dos actores de su compañía, John Heminges y Henry Condell, en 1623, ocho años después de la muerte del autor. Este libro dividía su producción dramática en Historias, Comedias y Tragedias, y de él se hicieron 750 copias, de las que han llegado a nuestros días la tercera parte, en su mayoría incompletas. Gracias a esta obra se conservó la mitad de la obra dramática del autor, que no había sido impresa, pues Shakespeare no se preocupó en pasar a la historia como autor dramático.
El First Folio recoge exclusivamente obras dramáticas (no se encuentra en la edición ninguno de sus poemas líricos), en número de 36: 11 tragedias, 15 comedias y 10 obras históricas. No incluye algunas obras tradicionalmente atribuidas a Shakespeare, como las comedias Pericles y Los dos nobles parientes, ni la obra histórica Eduardo III. Mientras que en el caso de Pericles, parece bastante segura la participación de Shakespeare, no ocurre lo mismo con las otras dos obras, por lo que el número de títulos incluidos en el canon shakesperiano oscila, según las versiones, entre las 37 y las 39.
Tragedias
Al igual que muchas tragedias occidentales, la de Shakespeare suele describir a un protagonista que cae desde el páramo de la gracia y termina muriendo, junto a una ajustada proporción del resto del cuerpo protagónico. Se ha sugerido que el giro que el dramaturgo hace del género, es el polo opuesto al de la comedia; ejemplifica el sentido de que los seres humanos son inevitablemente desdichados a causa de sus propios errores o, incluso, el ejercicio irónicamente trágico de sus virtudes, o a través de la naturaleza del destino, o de la condición del hombre para sufrir, caer, y morir..." En otras palabras, es una representación con un final necesariamente infeliz.
Shakespeare compuso tragedias desde el mismo inicio de su trayectoria: una de las más tempranas fue la tragedia romana de Tito Andrónico, siguiendo unos años después Romeo y Julieta. Sin embargo, las más aclamadas fueron escritas en un período de siete años entre 1601 y 1608: Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth (las cuatro principales), y Antonio y Cleopatra, junto a las menos conocidas Timón de Atenas y Troilo y Crésida.
Muchos han destacado en estas obras al concepto aristotélico de la tragedia: que el protagonista debe ser un personaje admirable pero imperfecto, con un público capacitado para comprender y simpatizar con él. Ciertamente, cada uno de los personajes trágicos de Shakespeare es capaz de ejercer el bien y el mal. La representación siempre insiste en el concepto del libre albedrío; el (anti) héroe puede degradarse o retroceder y redimirse por sus actos. El autor, en cambio, los termina conduciendo a su inevitable perdición.
A continuación se listan las tragedias completas de Shakespeare, ordenadas según la fecha aproximada de su composición:
Tito Andrónico (1594)
Romeo y Julieta (1595)
Julio César (1599)
Hamlet (1601)
Troilo y Crésida (1602)
Otelo (1603-1604)
El rey Lear (1605-1606)
Macbeth (1606)
Antonio y Cleopatra (1606)
Coriolano (1608)
Timón de Atenas (1608)
Comedias
Entre las características esenciales de la comedia shakespeariana encontramos la vis cómica, la dialéctica de un lenguaje lleno de juegos de palabras, el contraste entre caracteres opuestos por clase social, sexo, género o poder (un ejemplo representativo sería La fierecilla domada, también traducida a veces como La doma de la bravía); las alusiones y connotaciones eróticas, los disfraces y la tendencia a la dispersión caótica y la confusión hasta que el argumento de la historia desemboca en la recuperación de lo perdido y la correspondiente restauración en el marco de lo natural. El panorama de la comedia supone además la exploración de una sociedad donde todos sus integrantes son estudiados por igual de forma muy distinta a como es vista la sociedad en sus obras históricas, montadas sobre la persecución maquiavélica del poder ("una escalera de arena", a causa de su vaciedad de contenido) y el trastorno del orden cósmico divino que el rey representa en la tierra. Como galería de tipos sociales la comedia es, pues, un espacio más amplio en Shakespeare que el trágico y el histórico y refleja mejor la sociedad de su tiempo, si bien también resalta en este campo el talento del autor para crear personajes especialmente individualizados, como el bufón y arquetipo de lo sanchopancesco llamado Falstaff.
Si bien el tono de la trama es con frecuencia burlesco, otras veces se encuentra latente un inquietante elemento trágico, como en El mercader de Venecia. Cuando trata temas que pueden desencadenar un trágico desenlace, Shakespeare trata de enseñar, a su modo habitual, sin tomar partido, proponer remedios ni moralizar o predicar en absoluto, los riesgos del vicio, la maldad y la irracionalidad del ser humano, sin necesidad de caer en la destrucción que aparece en sus tragedias y deja a la Naturaleza el orden restaurador y reparador.
Los finales de las comedias son, por lo general, festivos y placenteros. Debe tenerse en cuenta que el lenguaje vulgar y de doble sentido, así como la magnitud de diversos puntos de vista, los cambios de suerte y el trastorno de las identidades, aportan un ingrediente infaltable que suele estar acompañado de sorprendentes coincidencias. La parodia del sexo, el papel del disfraz y el poder mágico de la naturaleza para reparar los daños y heridas ocasionados por una sociedad corrupta y sedienta de codicia son elementos trascendentes en la comedia shakespeariana.
El hombre cambia totalmente su forma de pensar y de actuar al refugiarse en lo salvaje y huir de la civilización, prestándose al juego de oposiciones. Cabe destacar, por último, que la esfera social que Shakespeare utiliza en sus obras es quizás algo más reducida que la que encontramos en la mayor parte de las comedias.
Tal como se ha dicho antes, el bufón —que era un personaje muy popular en la corte de la época— es el elemento inquebrantable sobre el cual el dramaturgo se siente más libre de expresar lo que piensa, teniendo en cuenta que las opiniones de una persona con estas características nunca eran consideradas como válidas —excusa perfecta para explayarse.
Se estima que la fecha de composición de las comedias de Shakespeare ha de girar en torno a los años 1590 y 1612, como punto de partida y culminación de su labor como escritor. La primera y menos elaborada fue Los dos hidalgos de Verona, seguida de El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, Como gustéis,Cuento de invierno, La tempestad, y otras tantas que se enumeran a continuación:
La comedia de las equivocaciones (1591)
Los dos hidalgos de Verona (1591-1592)
Trabajos de amor perdidos (también traducida como Penas de amor perdidas) (1592)
El sueño de una noche de verano (1595-1596)
El mercader de Venecia (1596-1597)
Mucho ruido y pocas nueces (también traducida como Mucho ruido para nada) (1598)
Como gustéis (también traducida como A vuestro gusto) (1599-1600)
Las alegres comadres de Windsor (también traducida como Las alegres casadas de Windsor) (1601)
A buen fin no hay mal principio (también traducida como Bien está todo lo que bien acaba) (1602-1603)
Medida por medida (1604)
Pericles (1607)
Cimbelino (1610)
Cuento de inverno (1610-1611)
La tempestad (1612)
La fierecilla domada (fecha desconocida)
Noche de reyes (fecha desconocida)
Es importante dejar en claro que La tempestad, Cuento de invierno, Cimbelino y Pericles son consideradas por muchos fantasías poéticas (en inglés se emplea el término romance), dado que poseen características que las diferencian del resto de las comedias.
Obras históricas
En el First Folio se clasifican como "obras históricas" (en inglés, histories) exclusivamente las relacionadas con la historia, relativamente reciente, de Inglaterra. Otras obras de tema histórico, como las ambientadas en la antigua Roma, o incluso Macbeth, protagonizada por un auténtico rey de Escocia, no se clasifican en este apartado. Son once en total (o diez, si se excluye Eduardo III, modernamente considerada apócrifa). La fuente utilizada por el dramaturgo para la composición de estas obras es bien conocida: se trata de las Crónicas de Raphael Holinshed.
A continuación se ofrece una lista de estas obras ordenadas según la fecha aproximada de su composición23
Eduardo III (The Reign of King Edward III; compuesta entre 1590 y 1594; publicada (anónimamente) en 1596).
Enrique VI
Primera parte (The First Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Segunda parte (The Second Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Tercera parte (The Third Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Ricardo III (The Tragedy of King Richard the Third; compuesta hacia 1594; publicada en 1597).
Ricardo II (The Tragedy of King Richard the Second; compuesta hacia 1595; publicada en 1597).
Enrique IV
Primera parte (Henry IV, Part 1; compuesta hacia 1596; publicada en 1597 ó 1598)
Segunda parte (Henry IV, Part 2; compuesta hacia 1597; publicada en 1600)
Enrique V (Henry V; compuesta hacia 1597-1599; la primera edición conocida es la del First Folio).
El rey Juan (The Life and Death of King John; compuesta probablemente hacia 1597, ya que hay datos de su representación en 1598. Su primera edición conocida es la del First Folio).
Enrique VIII (The Famous History of the Life of King Henry the Eighth; compuesta en 1613; la primera edición conocida es la del First Folio).
Existen serias dudas sobre la autoría de la primera de la lista, Eduardo III. De la última, Enrique VIII, se cree que fue escrita en colaboración con John Fletcher, quien sustituyó a Shakespeare como principal dramaturgo de la compañía King's Men.
Ocho de estas obras están agrupadas en dos tetralogías cuyo orden de escritura no coincide con el orden cronológico de los acontecimientos históricos reflejados. La primera de estas tetralogías está formada por las tres dedicadas al reinado de Enrique VI (1422-1461), junto con la consagrada al ambicioso y terrible Ricardo III (que reinó en el período 1483-1485). Todas ellas fueron compuestas con toda probabilidad entre 1590 y 1594.
La segunda tetralogía, formada por Ricardo II, las dos partes de Enrique IV y Enrique V, retrocede en el tiempo. Se centra en los reinados de Ricardo II (1377-1399), Enrique IV (1399-1413) y Enrique V (1413-1422). Todas estas obras fueron compuestas en el período 1594-1597.
Habida cuenta de que gran parte del público era analfabeto, estas obras representaban una buena forma de comunicar la historia y fomentar, consecuentemente, el patriotismo y el amor por la cultura inglesa, así como de inculcar un sentimiento de rechazo hacia las guerras civiles. Además de brindar entretenimiento, las obras históricas reafirmaban y justificaban el poder de la monarquía ante quienes pudieran poner en cuestión su legitimidad. En el teatro de Shakespeare, el rey, como en la obra dramática de Lope de Vega, es el representante del orden cósmico en la tierra. Esto es lo que más tarde analizarían académicos de la talla de Greenblatt, centrándose en el discurso imperante y en la capacidad del teatro isabelino para asentar la autoridad real, mantener el orden y desalentar la subversión.
Dada la dependencia de las compañías teatrales con respecto de sus patrocinadores aristocráticos (y, en el caso de The King's Men, de la autoridad real), es lógico que se escribieran y representaran obras protagonizadas por personajes histórico pertenecientes a la nobleza y relevantes en la historia de Inglaterra. Es el caso de Enrique V, vencedor en la batalla de Agincourt de las tropas de Francia, la sempiterna rival de Inglaterra. Retomando hechos históricos destacados, obviando derrotas y exagerando el heroísmo de la victoria —que se atribuía al monarca reinante—, estas obras lograban que se acrecentase la devoción popular hacia la corona.
En los comienzos de la dramaturgia shakesperiana, la finalidad era legitimar la autoridad de la dinastía Tudor, entronizada en 1485, precisamente tras el derrocamiento de Ricardo III, uno de los personajes más abominables del teatro shakesperiano. La subida al trono de los Tudor había despertado ciertos recelos, tanto debido a su origen galés como a lo problemático de sus derechos al trono (aparentemente, Enrique VII, primer monarca de la dinastía, fundamentaba sus derechos en ser descendiente de la princesa francesa Catalina, viuda de Enrique V, que se volvió a casar unos años más tarde con Owen Tudor, un noble galés poco influyente en el ámbito de la monarquía nacional.)
No obstante, existen críticos que opinan que las obras históricas de Shakespeare contienen críticas veladas hacia la monarquía, disimuladas para evitar posibles problemas con la justicia.
Comedias tardías novelescas o de fantasía
Las narraciones caballerescas escritas en prosa o verso eran un género de fantasía heroica muy común en Europa desde la Edad Media hasta el Renacimiento; los libros de caballerías en inglés, francés, español, italiano y alemán podían contener además mitos artúricos y leyendas celtas y anglosajonas; también intervenían en ellos la magia y la fantasía, y era además perceptible la nostalgia por la pérdida mitología precristiana de hadas y otras supersticiones. Esta narrativa legendaria, cuya última expresión y obra maestra fue acaso La muerte de Arturo de sir Thomas Malory, se había convertido ya en algo alternativo y popular, identificado con las lenguas vernáculas frente a una narrativa más moralizante de carácter cristiano, vinculada al ámbito eclesiástico, para un público más selecto y en latín. Para definir este tipo de contenidos populares se escogió la denominación de lo romantic o novelesco.
En Gran Bretaña, a fines del siglo XVI y comienzos del XVII, el romance se erigió como un género fantástico en el que, además de seguirse unas convenciones características (caballero con poderes especiales, magia, brujería, alteración de la realidad, cortejo de la figura femenina, hazañas y arriesgadas aventuras), se añadía el hecho de la conquista de América: un crisol de razas y culturas bárbaras que servía de inspiración para muchos viajeros y dramaturgos. En William Shakespeare, la obra que reúne todas las susodichas convenciones y las plasma en una producción teatral tan interesante como irreal es La tempestad, considerada el testamento dramático de Shakespeare porque fue probablemente su última obra.
Se representó por primera vez en 1611 y tuvo una segunda puesta en escena hacia febrero de 1613 con motivo de la boda de Isabel Estuardo, hija del rey Jacobo I, con el príncipe Frederick de Heidelberg. En la pieza pueden hallarse no pocos paralelismos con las figuras más destacadas del período jacobino: la máscara nupcial que Próspero crea para el disfrute de Miranda y Ferdinando se corresponde con las figuras divinas de Ceres y Juno, auspiciando un dichoso porvenir si la feliz pareja prometía guardar castidad hasta después del matrimonio. Esto podría haberle sentado muy bien al monarca, tan conocido por el rigor de su moral tradicional como por su morboso interés por la magia y la brujería, que también tienen lugar importante en la obra. En efecto, estas prácticas motivaron en la época la quema de mujeres entre los siglos XVI y XVIII y Jacobo I sentenciaba sin vacilar a muerte a todas aquellas personas que estuvieran bajo mera sospecha de llevar a cabo este tipo de ceremonias. La temática de La tempestad no podría menos, pues, que manifestarse en un monarca —Próspero— interesado en acabar con el maleficio de una vieja bruja, que acechaba con irrumpir en el orden social de la isla. El mundo mágico propio de esta época reaparece sin embargo en otras comedias novelescas y fantásticas de la última época de Shakespeare, como son:
Cimbelino
Cuento de invierno
La tempestad
Se considera que La tempestad es el testamento dramático de Shakespeare. Al parecer inspirada en una de las Noches de invierno de Antonio de Eslava, el príncipe Próspero náufrago en una isla, semihumano y semidivino por sus poderes mágicos, rompe al final su varita al reflexionar sobre su limitado poder, y resulta casi imposible no poner sus palabras en boca del mismo Shakespeare:
Nuestras diversiones han dado fin. Estos actores, como había prevenido, eran todos espíritus y se han disipado en el aire, en el interior del aire impalpable; y, a semejanza del edificio sin cimientos de esta visión, las altas torres cuyas crestas tocan las nubes, los suntuosos palacios, los solemnes templos, hasta el inmenso Globo, sí, y cuanto en él posa, se disolverán y, lo mismo que la diversión insustancial que termina por desaparecer, no quedará rastro de ello. Estamos tejidos con idéntica tela que los sueños, y nuestra corta vida se cierra con un sueño.
Obras perdidas y apócrifas
Algunas de las obras que Shakespeare escribió con John Fletcher se han perdido, por ejemplo Cardenio, inspirada en un episodio del Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, o Los dos nobles caballeros (1613), que fue registrada en el Quarto hacia 1637; como esta última obra no se incluyó en el First Folio, muchos lectores cuestionan la autoría del dramaturgo en la misma. Por otro lado, y en vista de las vicisitudes que presentan muchas de las producciones shakespearianas, hay quienes sostienen que la mitad de ellas se ajustarían más bien al perfil y al estilo de Fletcher.
Véase también: Los dos nobles caballeros.
Juicios críticos
Shakespeare posee, al igual que todos los grandes poetas, un gran poder de síntesis; escribía con todo el idioma y contaba con un léxico matizado y extensísimo. Cuidó la estilización retórica de su verso blanco, con frecuencia algo inserto en la tradición conceptista barroca del Eufuismo, por lo que en la actualidad es bastante difícil de entender y descifrar incluso para los mismos ingleses; rehuyó sin embargo conscientemente las simetrías retóricas, las oposiciones demasiado evidentes de términos; el idioma era entonces una lengua proteica y los significados de las palabras no estaban todavía fijados con claridad por repertorios léxicos. Si su trabajadísimo lenguaje es y solía ser (y lo era incluso cuando Voltaire atacó en sus Cartas inglesas las hinchazones anticlásicas de su estilo) un impedimento para apreciar la obra del autor, también es cierto que es el asiento sobre el que reposa su fama y prestigio como pulidor e inventor de neologismos comparables a los de otros dramaturgos y poetas de su época de renombrada trayectoria, como los españoles Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Luis de Góngora.
En líneas generales, la crítica ha destacado sobre todo dos aspectos de la obra dramática de William Shakespeare.
En primer lugar, la indiferencia y distanciamiento casi inhumanos del autor respecto a la realidad de sus personajes. No moraliza, no predica, no propone fe, creencia, ética ni solución alguna: plantea, y lo hace mejor que nadie, algunas de las angustias fundamentales de la condición humana (ser o no ser, la ingratitud, sea filial (El rey Lear) o no, la ambición vacía), pero nunca les da respuesta: no sabemos qué pensaba Shakespeare, al que el espectáculo del mundo le trae al fresco, si bien su visión de fondo es pesimista y sombría ante la posición miserable y mínima que ocupa un hombre hecho de la misma materia que los sueños en una realidad misteriosa, profunda e inabarcable. Mientras que el teatro barroco español privilegia lo divino sobre lo humano, Shakespeare reparte por igual su temor ante lo celeste y ante lo terrenal:
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda soñar [en otras ediciones, "imaginar"] tu filosofía
Shakespeare; en Hamlet, 1.° acto, escena V
Alguna vez la crítica ha señalado en su obra el hilo constante de lo misantrópico y, por otra parte, sólo un cósmico distanciamiento ante todo lo divino y lo humano es capaz de acuñar frases como esta:
La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa.
Shakespeare; en Macbeth, 5.º acto, escena V
O bien:
Naturaleza erguida dirá: "Ese fue un hombre... ¿Cuándo viene otro?".
En segundo lugar, la crítica ha destacado el extraordinario poder de síntesis del "Cisne de Avon" como lírico; su fantasía es capaz de ver un universo en una cáscara de nuez; como creador de personajes, cada uno de ellos representa en sí mismo una cosmovisión, por lo cual se le ha llamado Poet's poet (poeta de poetas). Son auténticas creaciones Ricardo III, Hamlet, Otelo, Bruto, Macbeth, Lady Macbeth, Falstaff... Sin embargo, y por eso mismo, se le han hecho también algunos reproches: los personajes de sus obras parecen autistas, no saben escucharse y permanecen cerrados en su mundo a toda comprensión profunda del otro. ¿Qué simpatía existe entre Hamlet y su pobre y torturada novia Ofelia? ¿Se han "escuchado" alguna vez Marco Antonio y Cleopatra? El crítico Harold Bloom ha señalado esto como una de las diferencias más notables y sensibles entre Shakespeare y Cervantes, que en ese sentido es absolutamente opuesto y hace ver la conexión humana que llega a establecerse entre los hombres; el filosófico y trágico distanciamiento de Shakespeare impide ese humano acercamiento.
El estudio de Shakespeare ha sido abordado desde muy diferentes perspectivas. En un primer momento, el historicismo analizó su obra desde un punto de vista histórico y externo, focalizando su atención en lo extraliterario. Como reacción, el neocriticismo se decantó más por el análisis de la obra en sí misma, prescindiendo de todo elemento extraliterario. El principal exponente de esta escuela crítica fue Stephen Greenblatt.
En años recientes, han cobrado cierto auge en medios académicos los estudios de Shakespeare desde una perspectiva feminista, duramente criticados por autores como Harold Bloom.
La poesía de Shakespeare
Fuera de ser un dramaturgo de incuestionable importancia, Shakespeare fue también poeta y sonetista, y se cree generalmente que él mismo se valoraba más como lírico que como autor dramático y solamente como tal esperaba perdurar a su tiempo. Aunque escribió sobre todo poemas extensos narrativos y mitológicos, se le recuerda especialmente como un excepcional autor de sonetos puramente líricos.
La primera mención de estos últimos se halla en el Palladis Tamia (Wit's Treasury) (Londres, 1598) del bachiller en Artes por Cambridge Francis Meres, quien alaba a Shakespeare por sus "sonetos de azúcar"; esta mención demuestra que circulaban copias manuscritas de los mismos entre sus amigos íntimos por esas fechas:
Como el alma de Euforbio se consideraba viviendo en Pitágoras, así el alma ingeniosa y dulce de Ovidio vive en la lengua meliflua y suave de Shakespeare. Testigos, su Venus y Adonis, su Lucrecia, sus Sonetos de azúcar, conocidos de sus amigos íntimos. Y así como se estima a Plauto y Séneca cual los mejores para la comedia y la tragedia entre los latinos, así Shakespeare entre los ingleses es el más excelene en ambos géneros escénicos. Para la comedia son testigos Los dos hidalgos de Verona, sus Equivocaciones, sus Trabajos de amor perdidos, sus Trabajos de amor ganados, su Sueño de una noche de verano y su Mercader de Venecia. Para la tragedia, sus Ricardo II, Ricardo III, Enrique IV, El rey Juan, Tito Andrónico y Romeo y Julieta. Y como Epio Stolo decía que las Musas hablarían en la lengua de Plauto si quisieran hablar latín, así digo yo que las musas hablarían en la bellísima frase de Shakespeare si hubiesen de hablar inglés.
Poco después, en 1599, algunos de sus sonetos, el 138 y el 144, salieron de molde en una colección de poesías líricas intitulada El peregrino apasionado, miscelánea falsamente atribuida en su integridad al Cisne del Avon. Solamente en 1609 apareció una misteriosa edición completa, seguramente sin el permiso de su autor, por parte de un tal T. T (Thomas Thorpe, un editor amigo de escritores y escritor él mismo). La dedicatoria es a un tal señor W. H.
No hay forma de establecer con justeza la identidad oculta tras esas iniciales y se han barajado distintas teorías sobre el personaje que se esconde tras ellas; lo más probable es que fuese cualquiera de los habituales mecenas del poeta y la gran mayoría de los críticos se inclina por Henry Wriothesley (1573), Conde de Southampton, ya que Shakespeare ya le había expresado públicamente su aprecio con dedicatorias de otros poemas: Venus y Adonis y La violación de Lucrecia. Otro posible candidato es William Herbert, Conde de Pembroke e hijo de Mary Herbert, hermana de Sir Philip Sidney, el famoso poeta que compuso La Arcadia; en favor de este último cuenta también que le poseía una intensa devoción por el teatro y fue patrón de The King’s Men, la compañía teatral de Shakespeare. Ambos eran nobles apuestos y dedicados al mecenato del arte y las letras, y bastante más jóvenes que el poeta, requisitos que debe cumplir cualquier verdadero destinatario de los poemas.
El orden establecido por la edición de Thorpe ha consagrado una peculiar estructura muy diferente a la habitual del italianizante cancionero petrarquista; en efecto, no hay composiciones en otros metros que rompan la monotonía, la métrica es muy diferente a la del soneto clásico (se trata de dos serventesios, un cuarteto y un pareado, el llamado soneto shakespeariano) y está consagrada en su mayor parte a la amistad (o amor) de un hombre, al que interpela frecuentemente para que cree su propia imagen y semejanza:
Crea un otro tú, por afecto a mí, para que la belleza sobreviva por ti o por los tuyos
(X)
Se instala, pues, en una tradición completamente renovada y original, y el propio poeta era irónicamente consciente de ello:
¿Por qué mis versos se hallan tan desprovistos de formas nuevas, tan rebeldes a toda variación o vivo cambio? ¿Por qué con la época no me siento inclinado a métodos recientemente descubiertos y a extraños atavíos? ¿Por qué escribo siempre de una sola cosa, en todo instante igual, y envuelvo mis invenciones en una vestidura conocida, bien que cada palabra casi pregona mi nombre, revela su nacimiento e indica su procedencia? ¡Oh, sabedlo, dulce amor, es que escribo siempre de vuestra persona y que vos y el amor sois mi eterno tema; así, todo mi talento consiste en revestir lo nuevo con palabras viejas y volver a emplear lo que ya he empleado. Pues lo mismo que el sol es todas los días nuevo y viejo, así mi amor repite siempre lo que ya estaba dicho.
(LXXVI)
Puede dividirse en dos series sucesivas de sonetos: una de 126, que celebra a un amigo rubio y bien parecido de alta alcurnia, mecenas del poeta, al que propone que deje la soledad, el narcisismo y los placeres y engendre herederos, y los 28 últimos, que conciernen a una mujer morena, que se hallaba casada, como se infiere de una alusión del soneto 152, y seguramente era un amujer instruida, ya que sabía tocar la espineta o clavecín. Dos de los sonetos se consideran aparte, pues son versiones de un mismo epigrama de la Antología griega.
Por otra parte, aparece también y ocasionalmente, en el trío formado por Shakespeare, el enigmático destinatario y la dama morena, un poeta rival, hecho que complica todavía más la historia de un amor que en la lengua de la época podía entenderse también como amistad o como ese tipo especial de dilección que se establece entre un poeta y su mecenas. Los expertos (William Minto, seguido después por Edward Dowden, Tylor y Frederick Furnivall) sostienen en su mayoría que este poeta era el helenista George Chapman, ya que se le identifica como autor de alejandrinos, versos entonces bastante raros en la métrica inglesa y que sólo utilizaba por entonces tal autor.
Los temas de los Sonetos son el amor y el tiempo, de alguna forma contrapuestos; en este último tema se profundiza en lo que se refiere a la fugacidad, llegándose a veces a lo metafísico. Cada soneto contiene también un movimiento dramático; se aprecia además en su lectura, sobre todo, el valor moral y espiritual del mensaje y la filosofía que nos deja: aprovechar el escaso tiempo que la vida nos depara para entregarse de fondo a ella.24
La cronología de los sonetos es difícil de establecer, pero se conjetura que fueron compuestos entre 1592 y 1597.
Poesía:
Venus y Adonis
La violación de Lucrecia
Sonetos