miércoles, 15 de agosto de 2012

Medida por medida



Comedias de conflicto
Reflexión sobre la justicia. El argumento habla de la conveniencia de aplicar la ley de modo estricto o racional, hace un repaso crítico a los males de las sociedades ejemplificándolo con las relaciones entre sexo y poder. Se clasifica como “comedia de conflicto”, como A buen fin no hay mal principio.
Su fuente principal es la versión inglesa. La acción se desarrolla en Viena, capital del Sacro Imperio Romano Germánico durante la Edad Moderna. En la época en que fue escrita la trama, eran frecuentes los conflictos territoriales entre Austria y Hungría.
Vincencio, el duque de Viena, se ah de ausentar. Para que “represente su personaje”, deja a Ángelo, y así se lo dice al anciano y sabio Escalo.
Claudio fue preso y en un par de días le cortarán la cabeza, por haber dejado embarazada a su prometida Julieta. Se trata de una orden, basada en una ley en desuso. Antes de entrar en la cárcel, Claudio pide a su amigo Lucio que le diga a su hermana novicia Isabela, para que interceda ante Ángelo.
Mientras, el duque está en una entrevista en un monasterio con un religioso, al que revela que ha dejado el poder en manos de Ángelo precisamente para que ponga en práctica las leyes olvidadas.
Escalo expone ante Ángelo sus prevenciones sobre la aplicación de la ley. Luego se presentan unos personajes: alguaciles y acusado, cuyas necedades debe aguantar Escalo.
Isabela le suplica a Ángelo el perdón de su hermano, acompañada de Lucio. Rechazada por éste, insiste, hasta que el estricto Ángelo se siente conmovido: pero más que por la suerte de Claudio, por los encantos de Isabela, tanto que la cita para el día siguiente.
El duque, se entrevista en la cárcel con Julieta, la joven embarazada por Claudio, a la que comunica que éste morirá al día siguiente. Isabela vuelve a ver a Ángelo, que le propone que se entregue a él a cambio de la salvación de su hermano. Isabela no accede al soborno.
El duque está hablando con Claudio, e Isabela llega también a la cárcel para ver a su hermano. Le cuenta el problema de Ángelo, y Claudio le dice que acepte, cosa que Isabela vuelve a rechazar horrorizada. El duque, que les ha escuchado, le dice a Claudio que Ángelo sólo ha podido hacer esa propuesta para ver la virtud de Isabela. Después habla con Isabela y se hacen cómplice de un plan: fingirá querer acostarse con Ángelo, pero la que lo hará será Mariana, la ex prometida de éste y abandonada por perder la dote. De esta manera, se salvará Claudio, el honor de la novicia quedará intacto, colmará los anhelos de Mariana y desenmascarará a Ángelo.
A la mañana siguiente todo salió como el plan del duque. Pero Ángelo no envía la carta del indulto: antes bien, quiere que se le haga llegar la cabeza de Claudio, una vez cercenada. El duque convence al preboste de la cárcel de que envíe la cabeza de otro preso. Después le dice a Isabela que Claudio ha muerto. Y , prepara su vuelta a Viena, dando órdenes de que lo vayan a recibir todos.
Isabela habla con el duque (ya sin sus hábitos de monje) que Ángelo la ha querido a cambio de perdonar a su hermano, que no obstante ha sido ajusticiado. El duque hace que no le cree y ordena llevarla a la cárcel. Después aparece Mariana, que cuenta que sustituyó a Isabela en el lecho, para poder ser tomada por  Ángelo. El duque se va, reapareciendo como fraile, y volviendo a aguantar todas las injurias contra él que ha ido escuchando durante su en mascaramiento. Luego se quita la capucha y todos confiesan. Obligan a Ángelo  a casarse con Mariana, y el duque vuelve a decir y afirmar a Isabela que su hermano ha muerto.
Una vez casado Ángelo, el duque pide la ejecución para compensar la de Claudio: “Medida por medida”. Mariana ruega por él, pero el duque insiste. También rogaba Isabela. El preboste de la cárcel trae a Claudio vivo y todo se pone en su lugar. Ángelo es perdonado, Lucio  es condenado… a casarse, el duque insinúa a Isabela que la va a pedir en matrimonio. 
Es una divertida comedia sexual que lleva las situaciones hasta el límite, para terminar acabando amablemente. Se dibuja una sociedad dominada por la lujuria y salpicada de burdeles, con el contrapunto del supuestamente bondadoso y recto duque disfrazado de monje, que hace y deshace a su antojo. La novicia es el fruto prohibido, para los varones de la obra y para el espectador. Un personaje secundario ajeno a la trama principal, el preso Bernardino, es un asesino convicto y borracho, que cuando lo van a ejecutar lo evita negándose vehementemente.
El guionista de Buñuel Jean-Claude Carrière adaptó esta obra para la televisión francesa en una versión de 1979 dirigida por el especialista Peter Brook. En 2006, el cineasta británico Bob Komar actualizó la trama a nuestros días, situándola en los cuarteles del ejército inglés


No hay comentarios:

Publicar un comentario